martes, 23 de mayo de 2017

COMUNICACIÓN NO VERBAL PARA LA BÚSQUEDA DE UN EMPLEO.

Cómo gestionar tu comunicación no verbal en una entrevista de trabajo

La comunicación no verbal juega un papel decisivo en la búsqueda de empleo, especialmente en el proceso de selección. Sin embargo, lo más importante de una entrevista de trabajo no ocurre durante la entrevista, sino mucho antes y justo después. Mucho antes, en función de tu habilidad para imaginarla, anticiparte a la situación y prepararla adecuadamente. Justo después, dependiendo del recuerdo que consigas dejar en el entrevistador.

Estos dos elementos son la clave del éxito. Si te entrenas a conciencia para el encuentro y causas una buena impresión, tus posibilidades de hacerte con el puesto aumentarán considerablemente.

¿Y cómo se consigue esto? Pues ensayando mucho, grabándote en vídeo y corrigiendo cada detalle hasta que todo resulte perfecto, hasta que te veas como desearías que te viesen los demás.


El punto de partida siempre es el mismo. Lo primero es preguntarte ¿por qué yo, por qué me van a elegir a mí y no a cualquier otra persona? De esa pregunta surgirán otras muchas, como cuáles son realmente tus fortalezas, si encajas en el perfil que busca la empresa, o qué valor añadido puedes aportar. Es importante formularlas todas -cuantas más, mejor-, y encontrar respuesta para cada una. Anótalas y estúdialas. Serán tu nueva biografía profesional.

La información es poder, pero a veces nos falla la información sobre nosotros mismos. La primera ventaja en un proceso de selección de personal es tomar consciencia de tus cualidades, y ser capaz de relacionarlas con el proyecto del que deseas formar parte.

Si te preguntas a quién elegirán finalmente, ya te respondo yo desde ahora: por lo general, una empresa contrata siempre al candidato que más le conviene y, sobre todo, al que más le gusta.

Si le convienes o no lo dirá tu currículum, y no de cualquier manera, como veremos más adelante. Gustarles o disgustarles dependerá en gran medida de tu capacidad de persuasión. En ambos casos, la comunicación no verbal juega un papel extraordinario.

Antes de entrar en detalles, tres premisas genéricas a tener en cuenta:

·        No improvises, ensáyalo todo mucho antes. Tanto como sea necesario, hasta que tu conducta resulte natural y espontánea.
·        No mientas, pero si lo haces, miéntete tú primero, o el lenguaje corporal te delatará. Sea lo que sea, debes creértelo y sentirlo de verdad para convencer a los demás.
·        Y si no tienes claro qué mensaje deseas transmitir durante la entrevista, busca tu objetivo antes de empezar con todo esto. De lo contrario, estarás perdiendo el tiempo, la energía y quizás la autoestima.

Cuando llegue el momento de enfrentarte a la entrevista de trabajo, tienes que estar plenamente convencido de que eres la mejor opción. Y tienes que ser capaz de demostrarlo ante quien sea, no solo con argumentos, sino también con tu comportamiento no verbal. Tus gestos, expresiones faciales, postura, apariencia, tu forma de manejar el espacio o tu propia voz, dirán mucho más que las palabras.

Tranquilo. No es tan complicado. Si lo sientes de verdad, tu cuerpo lo contará por ti.

Aun así, aquí van mis 6 recomendaciones fundamentales para orientarte en el proceso:

1.   Tu currículum eres tú. El valor de un currículum no viene definido solo por su contenido, sino también por su presentación. El diseño habla de ti casi tanto como tu conducta. Es como la ropa que vistes o el peinado que usas. El currículum es el primer canal de comunicación no verbal que se activará en el proceso de selección. La sensación que cause en el seleccionador hará que vayas a la carpeta de los preseleccionados, o directamente a la papelera de reciclaje. Por lo tanto, tómate tu tiempo y pide ayuda si la necesitas para conseguir un diseño atractivo, limpio y sencillo, que facilite la lectura y centre la atención en aquellos aspectos que te interese destacar, en el mensaje que te propongas transmitir. Y mucho cuidado con la fotografía, debe reflejar tu personalidad y cómo quieres que te vean los demás. Lo mismo ocurre con tus perfiles en redes sociales. Son como las cookies en internet, lo cuentan todo sobre tu forma de ser, hábitos, gustos, aficiones, ideología o creencias religiosas. Cualquiera de esos detalles puede inclinar la balanza, en función de las creencias del seleccionador.

2.   Acepta los nervios. Los candidatos suelen sobrevalorar los nervios en una entrevista de trabajo. Estar nervioso es algo lógico ante la posibilidad de obtener un empleo o un ascenso profesional. Y quien te entrevista lo sabe tan bien como tú. Si realmente eres el candidato idóneo, un pequeño desliz no te hará perder el puesto. De hecho, no conozco a nadie excluido de un proceso de selección solo por dar alguna muestra de nerviosismo. A no ser, claro está, que la conducta fuera patológica y respondiese a una personalidad neurótica y emocionalmente inestable, que no es tu caso. Espero. Así que acepta los nervios como algo normal, olvídate de ellos y concéntrate en el resto. Evita las muecas y los gestos adaptadores, como rascarte, tocarte la cara o el pelo, frotarte las manos, removerte incómodo en el asiento, o manosear la ropa o algún objeto. Mientras estés quieto y tu expresión facial sea positiva, todo irá bien. Lo importante es transmitir con tu actitud los valores que te hayas propuesto demostrar: honestidad, responsabilidad, compromiso, entusiasmo o capacidad de reacción, por citar solo algunos ejemplos.

3.   Cuida tu aspecto. La primera impresión cuenta más de lo que crees. En menos de un segundo causarás un buen o mal impacto a tu entrevistador. Sí, ¡menos de un segundo! Está demostrado científicamente. El cerebro emocional del evaluador se formará una primera opinión de ti nada más verte, y ese criterio condicionará el resto de la entrevista. No tienes margen de error alguno: viste de forma discreta y cuidada. Si es posible, compatibiliza tu estilo personal con el de la empresa y puesto al que aspiras. Nada de extremos ni extravagancias. Huye de los excesos en complementos. Busca siempre el término medio. Y en caso de duda, recuerda que menos es más. Si descuidas tu imagen –incluido tu currículum o perfiles en redes sociales-, pueden pensar que descuidarás también tu trabajo. Pero tampoco vayas como a la boda del año, tienes que sentirte cómodo con tu atuendo y aspecto, para no transmitir inseguridad. Excluyo el tema de la higiene personal por obvio, pero mucho cuidado, porque no solo es cuestión de ir limpio y aseado, sino además, de parecerlo. En esto, toda precaución es poca. No olvides que el pelo también es un importante indicador: alguien que luce un pelo cuidado parecerá siempre una persona cuidadosa. Por el contrario, una prenda mal planchada o un calzado en mal estado serán suficientes para distraer la atención del evaluador.

4.   Prudencia con los aromas. En cuanto a los aromas, lo destaco como una recomendación aparte por su importancia. La explicación es sencilla y cuenta con el aval de la ciencia: el olfato está asociado a una de las emociones básicas más primitivas, el asco. Su función es alejarnos de lo que nos repugna, ya sea un alimento en mal estado o un aspirante en apuros. Una vez que la pituitaria genera ese malestar no hay nada que lo remedie. Además, las emociones intensas son el estímulo más potente para la memoria, por lo que un olor inadecuado puede marcar negativamente tu imagen, y afectar de manera inconsciente al recuerdo que guarden de la misma. Incluso si el aroma es bueno, el resultado puede ser malo. Tan nociva puede ser la fisiología como la química, tan molesto el olor corporal como el exceso de perfume. Si usas alguno, que sea lo más suave y discreto posible. Y nada de ponértelo con los dedos o en las palmas de las manos: dejarías tu aroma impregnado en tu evaluador al saludarle, y puede que no le guste. En ese caso, el desagrado quedará asociado en su memoria a tu persona.

5.   Extrema la puntualidad. El tiempo también comunica. La impuntualidad se paga muy cara: tu entrevistador puede interpretarla como desinterés, irresponsabilidad y falta de respeto. Además, las prisas y agobios de última hora te provocarán más estrés y ansiedad. Mejor llegar con margen suficiente. Tampoco desesperes ni pierdas la concentración si te hacen esperar. Aprovecha para relajarte y repasar mentalmente tu estrategia y objetivos. Si te da más tranquilidad, llévate una buena lectura. Cuidado con los espacios comunes, accesos y zonas de espera, cualquier responsable de la empresa puede observarte sin que seas consciente. Lo mejor, antes de salir de casa adopta el rol y la actitud que quieras expresar, como si la prueba empezara desde el mismo momento en que pisas la calle. ¡Será la interpretación de tu vida! (Aunque te estarás interpretando a ti mismo).

6.   Transmite seguridad. Camina erguido y con paso seguro. Ni deprisa, ni despacio. Adopta una postura estable, abierta y simétrica. Establece contacto visual y sonríe con amabilidad, también al resto de personas que te cruces al entrar o salir. Saluda con un apretón de manos firme y completo, que las dos palmas encajen perpendiculares al suelo. No toques con la otra mano el brazo de tu evaluador ni su hombro. Nada de palmadas amistosas, nada de besos ni de invadir su espacio de intimidad. No te acerques a menos de 50 centímetros y todo irá bien. Tampoco pongas nada sobre su mesa ni toques sus objetos personales. Desconecta el móvil y olvida el reloj. No cruces los brazos ni metas las manos en los bolsillos al estar de pie. Tampoco cruces las piernas al sentarte, y si lo haces, construye una pose discreta. No te sientes hasta que te inviten, ni seas el primero en hacerlo. Mucho menos, recostarte en el asiento. Mantente derecho, asiente con la cabeza y devuelve feedback positivo cuando te hablen. No escondas las manos detrás de la mesa y gesticula con naturalidad cuando hables. Modera y modula tu voz para que suene serena y segura. No te precipites ni atropelles. El tono reflexivo, mejor que el imperativo. Recuerda hidratar bien las cuerdas vocales, evita ese día las sustancias irritantes como el café y, obviamente, ¡no mastiques chicle!

En conclusión...

…recuerda siempre la importancia de la comunicación no verbal a la hora de transmitir un mensaje, y no olvides que en una entrevista de trabajo el mensaje eres tú. Ten en cuenta estos seis consejos, siente de verdad los valores y capacidades que deseas comunicar, y todo irá bien: tu cuerpo hablará por ti.

Hay dos tipos de personas en el mundo, aquellos que buscan al abogado para evitar un problema legal y otros que lo buscan justo cuando tienen el problema, y aquí están las dos más grandes diferencias entre el que pierde y el que gana.

Aporte realizado por el Profesor Universitario
Abg. Erik Jimenez

2 comentarios:

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